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EL RODEO EN CHILOE: un anacronismo del presente Una de las tantas actividades introducidas a Chiloé en las últimas décadas, es el "Rodeo". Considerado deporte nacional, pero totalmente foráneo a la cultura insular y por ende perturbador de la continuidad histórica. Se inicia en enero de 1970, cuando en la comuna de Dalcahue un grupo de vecinos con rubros ganaderos-agrícolas, junto a personas que provenían de otras provincias deciden comenzar el Rodeo en Chiloé, materializado con una "medialuna" en un predio local. Así, este sector con rostro marítimo por génesis y cuya etimología es "lugar de dalcas o embarcaciones", se constituyó en punto de partida, donde por más de 29 años concentra dicha recreación. Desde ese entonces, palabras "extrañas" se incorporan al patrimonio isleño, se habla de medialuna, colleras, atajadas, champion, puntos, corridas, clubes de huasos... Empero, sin popularizarse ni ser sentido íntimamente por la comunidad, al igual como lo apreciamos hoy en los distintos sectores donde se efectúa. Preciso es explicar esta situación y entender por qué presentamos al Rodeo como anacronismo del presente. Planteamos que la sucesión de paisajes de Norte a Sur da origen a relaciones específicas del hombre con sus respectivos entornos, lo que a la postre constituye cultura popular y espontánea. De esta manera, el hombre aprehende su entorno y se relaciona con su "morada vital" ; es así como, en las regiones centrales del país durante la época colonial, el rubro de producción más importante en las haciendas era la ganadería semisilvestre. Dicho ganado era dejado en libertad, para que vagase buscando por sí mismo los pastos y el agua, en un periodo donde no existían los cierros. Una vez al año, los meses de enero a marzo, se efectuaba el "rodeo" por varios días ; los huasos salían a reunir o rodear al ganado disperso. Era una faena en que el huaso y cabalgadura mostraban su destreza. Surgió así, poco a poco, la fiesta y competencia que perdura hasta nuestros días. Sin embargo, Chiloé y Chile llegaron a ser dos realidades distintas, ya desde principios del siglo XVII; nuestra ínsula era un enclave sociocultural, con un destino diferente al Chile histórico o Central y su cultura ganadera-agrícola. La forma como llega a constituirse geográficamente y políticamente nuestra provincia como "cuasinación", obedece a otras variables históricas, y la forma como se interactuó con el entorno es disímil al resto del país. Chiloé posee otros términos, relativos a la madera, al mar y a las embarcaciones que son los de uso más corriente; en el fondo una cultura marítima. El hachero, el carpintero de ribera, el bogador, representan mejor al genuino hombre chilote. El huaso no existió en el archipiélago, porque los valles que le sirven de marco en Chile Central están cubiertos por el mar de Chiloé. Por eso, el uso del caballo era adjetivo y la figura del jinete, ocasional, mientras que el mar obligó al nacimiento del bogador. La vida transcurre entre el mar y la playa, como lo enseñaron los indígenas. La tierra adentro carecía de atractivo, el hombre era lento allí. Por eso alguien ha llamado a la cultura chilota, cultura del bordemar, elaborada por un hombre mixto, entre marinero y agricultor, pero más lo primero que lo segundo. Siendo así, el Rodeo no podía efectuarse en Chiloé, no sólo por el impedimento geográfico, sino también a otra concepción de aprehender y relacionarse con el medio por parte delchilote. Razón entonces que permite hablar de un anacronismo histórico. Lo planteado explica por qué este "deporte nacional" no tiene gran popularidad en esta provincia, la tradición es fuerte y pervive. Solamente ha logrado establecerse en tres lugares, tangencialmente dentro de otras actividades y coadyudado por personas no radicadas en Chiloé o de reciente llegada. Ancud fue la segunda comuna que comenzó en la primera mitad de la década del 70 su Rodeo en la medialuna del predio Bellavista, luego Castro con el recinto localizado donde se efectúa el Festival Costumbrista, comenzó en 1977 y al igual que los otros era novedad pero lentamente pierde proyección. Quizás el de Dalcahue tenga mayor prestigio con su fiesta destacada, que a fines del decenio 70 tuvo influencia provincial y su punto más alto hasta perder interés paulatinamente. Estos tres rodeos están calendarizados oficialmente por la Federación de Rodeo de Chile. En los 80, la comuna de Chonchi junto al Club de "Huasos", concluyeron también su "medialuna" en el sector de Notuco, agregándose así a esta "recreación chilena". Son dos días con una actividad cultural centrina que no logra arraigarse, pese a los esfuerzos de quienes dirigen esta acción. Integrantes de estos clubes son pocos aparte del oneroso costo en cuanto a elementos a usar, las "colleras chilotas" prácticamente no pasan de dos en cada jornada comunal y la participación es mínima, los recintos en donde se realiza nunca llegan a su capacidad total actualmente y con un relativo número de espectadores que acuden, animales apropiados y suficientes resulta dificultoso conseguir comentándose del "maltrato" y costo del traslado, los protagonistas del Rodeo en su mayoría llegan de otras provincias. En fin, donde vemos participación es en las fiestas al finalizar la jornada dentro de los amplios "casinos de huasos" por razones obvias. Se justifican los ingentes esfuerzos de nuestros coterráneos que gustan del Rodeo, para continuar proyectándolo o estarán orientados positivamente las fuertes sumas de dinero invertidas antes y ahora en "medialunas" e infraestructura, para ser utilizadas una vez al año ; el tiempo demostró que no es un acontecimiento popular en Chiloé, se disdibuja cada año. Será más difícil aún de arraigarse si lo comparamos con otras actividades típicas isleñas que identifican a la comunidad. Creemos que deben mantenerse porque lo hermoso de la cultura son las tensiones que provoca la diversidad; la inversión es numerosa y deben reorientarse en otras acciones como ya lo hemos visto, al usar dichos recintos como lugares de expresión folclórica chilota, colmándose de público, o sea, una apropiación cultural incorporada al mundo insular que debe continuar. Puntualizamos en cambio que las domaduras y las atrayentes carreras de caballo "a la chilota", son todo un acontecimiento en el mundo rural insular y esperadas con anticipación; acciones reminiscencias de una cultura ganadera achilotada. Lo importante es lograr consolidar aún más nuestras propias expresiones culturales e irradiarlas hacia otros entornos ; sobre todo, aprender la historia de región independiente como fue Chiloé, para no continuar con otros anacronismos que no podrán a la larga popularizarse y arraigarse en esta Provincia- Archipiélago. Dante Montiel Vera Prof. Estado Historia y Geografía Bachiller en Historia Miembro Soc. Chilena Historia y Geog. y del Instituto Histórico de Chile. |
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